20/06 16:26:00

Los monobostesos quedan pequeños en los labios partidos por el frió que castiga cobrando por cada vuelta en las nocturnidades. Los soles despiertan a otras ventanas. Las acuarelas se van desvaneciendo al regalar sus colores en luz al vació de estas cuatro paredes. El tiempo transcurre inocente e inmaculado en el pedestal que espera cargar con la tal presencia de quien se corone en el reino donde esta prohibido reinar, pero si ser quien lo mantenga de pie para evitar su derrumbe.

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