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rarito el muchacho, de chiquito. siempre andaba haciendo experimentos con los gatos de la vecina, los electrocutaba, los pinchaba, pero siempre era para probar los aparatejos que le traía el tío del laboratorio.
ya más grandecito, era el más raro de la facultad, y eso que en la facultad de ingeniería son todos raros. pero él era raro porque siempre andaba con instrumentos eléctricos, electrónicos, ópticos. siempre estaba midiendo cosas, comparando, anotando. nadie tenía claro que era lo que medía, pero era claro que algo buscaba. alguien lo había escuchado hablar en voz alta, y parecía que hablaba de algo de los enanos, o los nanos.
y un día, cuando ya no le quedaba pared, piso, puerta, mueble ni water que medir, empezó con la gente. empezó a apuntar sus aparatitos a la gente que pasaba. al principio la gente lo puteaba, y el los ignoraba. pero fue pasando el tiempo y la gente se fue acostumbrando al loco del aparato.
pero por más rarito que era, la noche no se la perdía. salía, con sus instrumentos, pero salía. salía a rockanrolear. y ahí, entre la gente, a veces sacaba el aparato y apuntaba a alguno o alguna. al principio era más o menos parejo, pero luego se dedicó sólo a las gurisas.
y así fue pasando el tiempo, y hasta la gente del boliche se acostumbró al loco del aparato.
pero siempre hay un roto para un descocido, y en este caso la descocida era la bonitura hecha mujer. llamarada roja, colorada hasta los bigotes. lo había visto una vez en el boliche, y había quedado flechada. una vez le había intentado hablar de cosas raras para ver si eso le llamaba la atención, pero el flaco estaba en otra, totalmente metido en su espectrómetro y su nosequeómetro.
una noche, en el medio del pogo ricotero, se le cae el aparato. al levantarlo, todo preocupado, lo primero que hace es prenderlo, para ver si funciona. el flaco queda duro, inmóvil. lo raro es que el aparato estaba andando y no había razones para que quedara así. parece que el tema no era que se había roto, sino que había encontrado lo que buscaba. "pahh... seiscientos cincuentaaaaaa" dice y despacito, -como para no mover nada- levanta la mirada tratando de saber que era lo que estaba midiendo el aparato. era la abundante cabellera de la colorada muerta por él. ella vió que algo había pasado, porque nunca miraba así a nadie. ¿estaría midiendo el enamoramiento con esos aparatos? seguramente que si medía algo era la calentura, porque la flaca no podía más, y ahora lo tenía enfrente mirándola. completamente emocionado por haberlo encontrado, el flaco se le arrima y le dice: "¿te puedo sacar un pelo?"

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El faco queda conforme con un solo mechon ..? y si la colorada le obliga a abandonar el aparato a cambio de ella ... que hace el flaco ese ?

19.May.03 1:15:10 | cheche