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venía manejando mi auto azul. pasan 4 policías vestidos de gala y uno de ellos la gala era al estilo camuflado, la razón era que iban para un acto y a este le tocaba tirar la piolita del cañon. este mismo, saco el silbato y señalándome no paraba de silbar. algo mal estaba haciendo. es que iba sin cinturón... y estaba sentado en el asiento de atrás, pero iba manejando. me pase al asiento de adelante, me abroché y seguí manejando.
me apuré a cruzar 18, y la calle parecía cerca de la plaza del entrevero. un par de flacos se tiran a cruzar y tengo que acelerar y abrirme a la izquierda, y en la maniobra casi aplasto a una hondita contra el cordón izquierdo.
un par de calles, un par más de casi cagadas.

doblo a la derecha: un edificio viejo a mi derecha y una construcción abandonada a mi izquierda. el edificio viejo se abre y deja ver al palacio salvo (que hacía de este lado de 18 el palacio?), con su mitad iquierda cubierta de estructuras tubulares rojas y blancas usadas para restauración.
pero lo interesante de la escena es que me fascina la belleza de la perspectiva: el contraste filoso del edificio en construcción, ennegrecido de luz baja de la mañana que se abre sobre el palacio, todo iluminado y luminoso, que flota sobre un mar de nubes de colores, violestas, verdes, azules y naranjas.
en ese momento pienso: qué buena es la mañana para salir a sacar fotos
doblo de apuro a la derecha, para volver a pasar y poder bajarme a sacar una foto de esa perspectiva hermosa. las calles están llenas de pozos. otra derecha más para dar vuelta la esquina, pero está tan rota la calle que se me dificulta. el camino es pasando contra los bomberos y justo en ese momento hay una emergencia y las sirenas empiezan a sonar, y sonar, y sonar, y me levanto descalzo y atiendo el teléfono: si?

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